En un escenario de máxima presión, River Plate demostró valentía en el encuentro decisivo contra Fluminense en la Copa Libertadores. En Núñez, la escuadra de Demichelis exhibió presencia, dominio, juego y coraje para imponerse sobre los brasileños, desplegando una versión de sí mismos que poco recordaba al dominio mostrado por Fluminense en el Maracaná.
El estadio, un jugador más
El Monumental, repleto de hinchas millonarios, albergó una atmósfera impresionante. Aunque el equipo careció de lucidez en ciertos momentos, desde el inicio supo plantarse en terreno rival, asfixiando al Fluminense y forzándolos a defender con sus 11 jugadores.
El rol fundamental de Solari
En este juego, la mano del entrenador Demichelis fue determinante, sobre todo en la inclusión de Solari en el once inicial. El jugador aportó verticalidad y un uno contra uno esencial, creando amenazas constantes por la banda.
El desafío de convertir la posesión en goles
El gran desafío para River Plate fue traducir su posesión de balón en tres cuartos de cancha en claras oportunidades de gol. A pesar de la dificultad, lo logró con eficiencia, como lo demostró cuando Solari asistió a Beltrán para marcar el primer gol.
La resiliencia de River
A pesar de la ausencia de Enzo Pérez y la presión tras el primer gol, el equipo supo aguantar. Con Aliendro en el centro del campo y un sólido despliegue de De la Cruz, River superó el desafío. Finalmente, el penal convertido por Barco selló el triunfo y dio a River una nueva vida en la Copa Libertadores. La lucha sigue para el Millonario.
Imagen | Twitter Fluminense